En los casos de impagos, bien sea entre empresas o entre particulares, el deudor a la hora de pagar sus deudas lo hace normalmente de dos maneras, pago en dinero o pago en especie. En tiempos de crisis como la actual, también hay otras opciones por las que algunas empresas están optando, pago a través de servicios realizados, aunque esta vía no es la habitual. Examinaremos las dos opciones habituales de pago que hemos mencionado, pago en dinero y en especie:
Formas de pago de deudas por el deudor:
- Pago en dinero: es el porcentaje más elevado de forma de pago. Cuando a una empresa le deben dinero y quiere cobrar su deuda, lo normal es que quiera que se le satisfaga en dinero. Sin embargo, actualmente hay muchos deudores que no tienen liquidez suficiente para afrontar los pagos, y éste es el gran problema. Aún así, siguen existiendo soluciones, pudiendo el deudor encontrar algún prestamista a fin de solventar su deuda( préstamo concertado, un amigo, un familiar…). Desde nuestro Grupo, siempre recomendamos que la deuda se cobre a través de una entidad bancaria, y ello por dos razones principalmente, dejamos constancia del pago (deudor)y del cobro (acreedor), y además, es la forma más segura para ambas partes. Cuando el pago va a producirse después de meses de discusiones entre las partes, lo más fácil es hacerlo a través de un banco y evitar la situación de tener que encontrarse físicamente ambas partes.
- Pago en especie: es la opción menos atractiva para el acreedor, que obviamente pretende cobrar su deuda en dinero. Sin embargo, en ocasiones, es una opción a considerar cuando pasado el tiempo ve que la primera opción de pago en dinero no es posible. Aún siendo una manera de liquidar una deuda, la mayoría de las veces ni al propio deudor se le ocurre esta opción siendo una solución fácil de plantear, y teniendo en cuenta que muchas veces no dispone de efectivo pero sí de productos o mercancías con los que poder saldar la deuda. Ésta solución es más factible cuando las deudas se producen entre empresas del sector, con lo que se convertiría en una opción muy factible. Y se convierte en interesante por ambas partes, también en aquellos casos en los que el bien entregado al acreedor en pago de su deuda es facilmente convertible en dinero.