Como no podía ser de otra manera en una economía afectada por la crisis, los gastos mensuales que se derivan del mantenimiento de las comunidades se han visto incrementados, y muchos propietarios no pueden hacer frente al pago puntual de los recibos que van llegando de luz, agua, derramas por mejoras, limpieza, etc. En algunos casos la situación de pasar a ser un parado más o bien sufrir un descenso importante de los ingresos percibidos en el trabajo, ha propiciado que estos pagos se hayan dilatado pasando a ser una verdadera preocupación vecinal en su conjunto. Y debemos hacer la separación del que NO puede pagar y el que NO quiere, ya que en todas las Comunidades existen los “tipos raros”. Esta es la preocupación actual de muchas Comunidades y que representan un problema para el Presidente o bien para el Administrador de la finca.
A pesar de que las leyes actuales dan poder para ejecutar acciones encaminadas a dar solución a los impagos de las Comunidades, es cierto que no deja de ser una situación desagradable para el Presidente el tener que adoptar medidas en contra de un vecino en aras de solucionar los casos de morosidad. Recordemos que estas medidas van desde la simple negociación verbal, pasando luego por la expulsión de las reuniones y dejando para el final, caso de no poder solucionarse y la cifra de la deuda lo requiera, a instar el procedimiento mediante el concurso de la Justicia.
Llama la atención que en Madrid ha disminuido la cifra de morosidad en el año 2012 pasando a ser de 229 millones de euros en su conjunto. Esta cifra supone la reducción de un 39% con respecto al año 2011 que alcanzó la cifra record de 375 millones. Estas cifras las ha facilitado el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid el cual, al darse cuenta de la progresión alarmante se que se estaba produciendo en este aspecto, puso en marcha el Programa de Lucha contra la Morosidad en las Comunidades de Propietarios. Fruto de la aplicación de este plan han conseguido rebajar la cifra deudora en más de 150 millones de euros en un solo año pero que, desgraciadamente, va a aumentar de nuevo en el 2013 debido a la suspensión de muchas ejecuciones hipotecarias que hacen que el propietario insolvente mantenga la titularidad del bien y, por tanto, siga sin poder hacer frente a los gastos de la Comunidad. Para estos casos, incluso, se están estudiando soluciones extrajudiciales.
No obstante hay que tener en cuenta que, según declaraciones de Miguel Ángel Muñoz, Presidente del Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid: “Aunque se trata de datos esperanzadores, estas reducciones obedecen por un lado, al incremento de las ejecuciones hipotecarias y, por otro, a la recuperación de la deuda gracias al Plan de Morosidad emprendido”.
Por su parte, Manuel Gambín, Consejero del Plan contra la Morosidad, ha dicho: “El banco adjudicatario del bien solo responde de la deuda del año en curso y del anterior, ya previsto en la ley, con lo que las cantidades adeudadas de años anteriores corresponden al ejecutado insolvente que, difícilmente será recuperada por la Comunidad de Propietarios. Y es precisamente este dinero no recuperable el que desaparece de la estadística de la morosidad”. Es decir que esta cantidad morosa pasa a ser reabsorbida desapareciendo como tal cantidad deudora lo cual “maquilla” la cifra real pendiente de recuperación.
El Plan Contra la Morosidad y, para reducir el 15% que corresponde a entidades financieras (que adeudan mas de 35 millones de euros a las Comunidades de Propietarios), ha desarrollado un sistema de reclamación del 100% de estas cantidades adeudadas a través de tercerías de mejor derecho. Con este mecanismo la Comunidad obtiene una protección extraordinaria conforme al cobro de la totalidad de la deuda del moroso y no se conforma únicamente con el cobro del año anterior y del año en curso al momento de la adjudicación, tal y como está previsto en la ley.
Difícil solución tiene este tipo de morosidad a nivel interno, es decir, entre vecinos. A la larga va a propiciar que nadie quiera acceder al cargo de Presidente de Comunidad, derivando toda la responsabilidad a Gestores o Administradores de Fincas para, llegado el momento de tener que tomar una decisión ante un moroso, sean ellos los que asuman la tramitación y no tener que enfrentarse entre propietarios.