La morosidad se ha convertido en una de las peores lacras para las empresas. Los datos son claros: el estudio 'La Morosidad de las Empresas en España' elaborado por la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM) indica que hasta 500.000 negocios, en manos sobre todo de pequeñas empresas y autónomos, han desaparecido por no poder afrontar el retraso y el impago de facturas por parte de sus clientes.
La cifra es muy elevada y permite situar a la morosidad como una de las causas más importantes por las que las empresas españolas se ven en la obligación de cerrar sus negocios. Las deudas que se manejan representan que las empresas que esperan cobrar tienen una necesidad de tesorería en torno a los cien mil millones de euros. La falta de este dinero desemboca en la imposibilidad de mejorar la competitividad y que, por lo tanto, el negocio cada vez va a peor.
Los expertos consideran que el sector privado español está cobrando a plazos dos veces más que el resto de países. Mientras que en este año 2012 se ha impuesto un límite de 75 días para poder pagar a los proveedores y para el próximo 2013 se exigirán 60 días por parte de la Directiva Europea, en el 2010 existía un plazo medio de pago de hasta tres meses y medio.
Los sectores con la tasa de morosidad más elevada son el de la construcción, los servicios, el industrial y el de servicios primarios.
Las comunidades autónomas españolas que tienen un sector privado mejor pagado son Navarra, Cantabria y Aragón, mientras que las que presentan más problemas de pago a sus proveedores y dilatan más sus plazos de pago son Madrid, Andalucía y las Islas Baleares.
En cuanto a los tipos de empresas que garantizan mejor los pagos a sus proveedores, se impone la lógica. Las compañías con mayor facturación, que generan entre 500 y 1.000 millones de euros, son las que pagan mejor, con una media de 85 días de plazo. Les siguen las de 100 a 500 millones de euros, las de más de 1.000 millones, y las de menos de 100 millones.
Foto: Grupo Segestión
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