Conseguir financiación para poner en marcha una nueva actividad económica, o para intentar mantener a flote un negocio ya existente mediante algún tipo de ampliación, se ha convertido en la principal preocupación de muchos empresarios y emprendedores desde que empezó la crisis.
Muchos de ellos han visto como bancos y cajas les negaban los créditos que necesitaban, por ejemplo, por estar parados, en riesgo de exclusión social, o no disponer de los recursos necesarios para avalar los préstamos que solicitaban para emprender un negocio.
No obstante, existe un último recurso al que acudir en estos casos para evitar los impagos o poner en marcha pequeños negocios con los que intentar obtener beneficios, al menos, a medio plazo. Se trata de los conocidos como microcréditos, unos prestamos que conceden entidades sin ánimo de lucro –ong´s, fundaciones privadas- o algunos bancos especializados y que pueden llegar hasta los 15.000 euros.
Sus principales ventajas son que, en general, se conceden a un tipo de interés más bajo que el del mercado –lo que resulta especialmente ventajoso para quienes lo solicitan porque disponen de un margen más amplio para obtener rentabilidad- y que, además, no se necesita ningún tipo de garantía o aval para su concesión.
Lo que sí hay que tener en cuenta son las condiciones concretas que se requieren en cada entidad, así como las ventajas que se pueden encontrar según el importe que se solicite o el destino final del mismo.
En términos generales, para obtener un microcédito tienen prioridad los demandantes con mayor riesgo de exclusión -por ejemplo, desempleados, inmigrantes, personas con algún tipo de discapacidad, jóvenes o mujeres que vivan en circunstancias especialmente precarias- y, en todos los casos, es imprescindible presentar el proyecto en el que se quiere invertir la cuantía del microcrédito –ya que éstos no están destinados a satisfacer ningún tipo de demanda de consumo, sino a fomentar el espíritu empresarial y conseguir, poco a poco, la recuperación económica y el descenso de las tasas de morosidad a través del fomento del autoempleo-.